jueves, 10 de septiembre de 2015

Entiende

Lo sé, lo reconozco, no soy la persona que todos esperan que sea.
Pero intenta entender que a veces me pierdo sin querer, otras queriendo, y cuando quiero volver ya estoy demasiado perdida. A veces no puedo dormir por las noches porque me da miedo la oscuridad, y otras veces porque mi amiga ansiedad no me deja; y cuando consigo conciliar el sueño éso es exactamente lo que pasa: sueño.
Entiende que hay días en los que vivo volando entre nubes blancas y un cielo añil radiante, y al día siguiente me puedo encontrar arrastrando entre mierdas y en una oscuridad que no me da miedo. Me cuesta mucho mantenerme en medio, aunque estoy intentando aprender...
Entiende, por favor, que tan rápido puedo llegar a tu vida, tan rápido puedo desaparecer de ella; pero ésto ya depende de ti. Entiende que a veces me anclo en el pasado y necesito de algunas palabras de ayuda para elevar el ancla y arriar las velas de mi barco.Y no todo irá siempre viento en popa, así que tú decides si quedarte conmigo en este viejo barco cuya madera cruje.
Si te quedas, no puedo prometerte que tendré ganas de navegar todos los días ni de mirar estrellas todas las noches, que no me perderé o que el ancla no tocará fondo a veces; pero puedo prometerte que te cuidaré aunque a veces tú no me veas con tus propios ojos, que te llevaré a recorrer todos los rincones del mundo conmigo.
No puedo prometerte mucho más, todo lo demás depende de ti.
Puedes traer también tu barco y juntos podemos reconstruir la mayoría de sus piezas. Y si quieres,
tú puedes ayudarme con el mío, y entonces, entonces no desapareceré nunca.

martes, 25 de agosto de 2015

No eres tú, son ellos.

Te asfixiabas, la poca respiración que aún te quedaba se entrecortaba, sentías que tu alma quería salir de tu cuerpo y eso te dolía; entonces llorabas. Buscabas algo donde agarrarte y una voz que te tranquilizara. No había nadie, tan sólo un espejo en el que ni tú misma te veías reflejada. Esa no eras tú.
Dos horas con la mirada perdida en el espejo, intentando entender porqué. ¿Por qué defienden aquello que no es real? ¿Por qué hacen como si no hubiera pasado nada? ¿Por qué huir de algo inevitable? ¿Por qué no la verdad? ¿Por qué la mentira a las espaldas? ¿Por qué callar lo que es evidente? ¿Por qué no aceptan lo que cada uno es? ¿Por qué tú tienes que vivir lo que ellos no pudieron? ¿Por qué tú no puedes vivir lo que ellos no quisieron? y, sobre todo, ¿por qué no dejan que sea tu vida?
Entonces encuentras la respuesta que ya sabías, la de siempre: ninguna; y llegas a la conclusión de que simplemente duele, todo eso duele, y crees estar volviéndote loca.
Sabes que mañana seguirá todo igual, nada habrá cambiado todo este mal rato, y quizás, quién sabe, la próxima vez sea aún peor y eso es realmente lo que temes. Pero también sabes que tú no eres la que debe entender nada, tú sabes cómo ser feliz, los que deben entender que no sabes dónde estarás mañana son ellos, los mismos que te destruyen poco a poco.

sábado, 22 de agosto de 2015

Ángeles

Pensabas buscando alguna forma de conseguir que él volviera a ti; de fondo se escuchaba la canción ''Ángeles'' de Marwan, la habías estado escuchando en el coche de regreso a casa,. Quizás por WhatsApp, pero ya lo habías hecho varias veces y no había funcionado (la última fue un desastre); o quizás una carta escrita a mano (aún recuerdas donde vive), sabías que te quedaría preciosa. También pensaste en escribir la fase ''te amaré SIEMPRE'' en aquel corazón que pintasteis en la pared del puente al lado de casa, ese puente bajo el que os besasteis por primera vez.
Y aún seguías pensando en el destino y cómo un día te dijo que suelen ''pisar'' los graffitis, es decir, pintaban unos encima de otros porque no había espacio; y sin embargo, decides ir a correr un día y pasas por al lado del puente. Con miedo, dejas de correr y te acercas lentamente buscando aquel corazón con vuestras iniciales dentro del mismo. Ves que sigue ahí, incluso más grande de lo que imaginabas, ni siquiera se le había ido el color...
De repente, despiertas. Sigues igual de cansada pero te obligas a ti misma a levantarte, pues sabes que si no lo haces no conciliarás el sueño por la noche (que ya de por sí te cuesta). Buscas tu móvil, que ni siquiera lo habías sacado del bolso al llegar a casa (llegaste y te echaste en la cama, con ropa incluida y ese poco de maquillaje), y todo seguía igual: tan sólo había unos 200 mensajes del grupo ''Las Químicas Divinas''.

viernes, 21 de agosto de 2015

Como un pajarillo

Nunca te importó nada, ni los peinados ni la ropa ni el maquillaje, sólo te importaba jugar al fútbol y al escondite en la calle; en casa te encantaba jugar a las muñecas y a las Barbie's. Bueno, en este último caso de las muñecas delgadas, peinadas perfectamente y bien vestidas con algo rosa, sólo jugabas con María. Sí, aquella amiga que algún día tuviste y le hacía trenzas a esas mismas muñecas que sólo pedías a Sus Majestades los Reyes Magos para jugar con ella. Eso sí, cuidabas a todos tus juguetes como si fueran un tesoro, y pensándolo bien, para ti eran tu tesoro, lo único que te importaba.
Ahora, a tus casi veinte años, sigue sin importarte demasiado el maquillaje, pero te importa y no te ves guapa sin él muchas veces. La ropa, que algunas veces odias, satura tu armario, aplasta la silla de tu escritorio en la que estás ahora mismo sentada y haces contrapeso alguna vez para que no se caiga para atrás (como ha pasado alguna otra vez y por ello le falta un brazo). También inunda tu cama. Ropa de todo tipo, pues te consideras (como te han dicho alguna vez) algo entre ''hippie'' y ''pija'', aunque tú te pones lo que te apetezca según el día. Rayas, flores, muchos lunares, colores lisos, estampados que no sabes como describir... De todo menos cuadros (aunque tienes una camisa de cuadros que no te pones nunca porque ya no te gusta). ¿Pantalones? Por favor, de todo tipo y de todos colores. Y de zapatos mejor no hablar...es lo típico de que siempre te pones los mismos, y que si se rompen te compras unos exactamente iguales o muy parecidos. 
Tu pelo intentas cuidarlo todo los posible y cortarlo lo menos posible, pues siempre te gustó tenerlo largo (no demasiado). La mayoría de los días te lo recoges con una coleta o un moño descuidado, algunas veces ''innovas'' pero te dura poco, y suelto lo llevas cuando tienes ganas, te lo ves bonito, no hay humedad y no hace calor porque te agobias, o sea, muy pocas veces.
Llevas siempre los mismos pendientes, sólo te los cambias por los de flamenca cuando es La Feria de Sevilla, y las pulseras siempre te gustaron, de todo tipo. Sin embargo, no llevas ninguna porque te molestan a la hora de escribir y además te has apuntado al gimnasio. Sólo llevas una goma del pelo en la muñeca con la llave del candado de la taquilla, y no sabes cómo estás sobreviviendo sin tu reloj.
Ahora sabes que no eres la misma niña que sacaba notazas en el colegio sin estudiar, ya no eres esa niña lista. Parece que en el día a día nada cambia, todo sigue igual, pero te has parado un momento y has mirado atrás, ahora todo es muy diferente. Te sigues considerando una persona inteligente, pero algo torpe (algunas veces demasiado) y muy despistada. Has llegado a odiarte (a saber hasta qué punto, seguro que ni tú misma lo sabes), te has despreciado y sentido la culpable de todo lo que pasaba en tu vida. Has deseado no nacer alguna vez. La sociedad e incluso tu familia te ha tachado de gorda y egoísta, y tú te lo has creído como la inocente que siempre has sido. Por ello, ahora luchas por adelgazar y ser libre, ambas cosas sabes que tienen un cierto límite.
Te enamoraste un día (lo sé), pero te diste cuenta demasiado tarde, culpa de tu empeño en conocer más mundo (lástima que no supieras que la mayor parte de este mundo es...¿patético?). Sé que incluso te has ''arrastrado'' (según esta sociedad) por él y que, aunque te guarde rencor por haberle dejado y te haya dicho que ya no siente nada por ti, tú tienes alguna esperanza de volver a besarlo.
Cuando creíste que podías con ese error en el amor, con tus errores en la amistad y los estudios y problemas a tu alrededor, conociste a una amiga muy especial que aún sigue a tu lado y aparece de repente cuando menos lo esperas (o menos crees que la necesitas). Ella no es como esas amigas de ''plástico que solo están en tus mejores momentos, al contrario, ella está siempre en los malos, incluso cuando ni tú sabes que estás mal. Aparece para recordarte (porque tú ya lo sabes) que te tranquilices y que nada es importante en esta vida. Sólo debes preocuparte de disfrutar de cada momento.
Te has creado tu propio mundo y tu habitación es tu refugio. No te gustan las reglas pero son necesarias:
1.Sonríe.
2.No guardes rencor.
3.No discutas por nada, y menos por tonterías.
4.Todo lo demás viene solo.
Has conseguido encontrar la felicidad pero muchas veces anhelas la comprensión, el amor y el cariño.
Ahora vas a la universidad y debes aceptar que no eres la número uno de la clase (aunque te sigas considerando la más inteligente) y que tienes que estudiar en verano. Ya no buscas nada pero deseas encontrarlo todo, experimentarlo todo, bueno o malo. Quieres sobrevivir a tu manera y, eso sí, sin que te digan lo que debes hacer y cómo hacerlo; nunca te gustó que te mandaran y mucho menos sentirte obligada ni atada a nada. Sólo quieres disfrutar, ser feliz, que nada te preocupe y que nadie te prohíba hacer algo que desees. Quieres volar como un pajarillo, pues has descubierto que en el fondo te quieres (aunque a veces te sigas viendo acomplejada), que la vida es maravillosa (aunque muchos no te crean) y que sólo se vive una vez.

Sin embargo, estás ahí sentada.